Comenzar
a narrar la historia del nacimiento de una escuela, de un centro de
formación no es poca cosa. Probablemente porque nada surge de la
nada, todo tiene una intencionalidad, un impulso, un interés
superlativo, un sentimiento de falta y quizás una conjugación de
todos estos aspectos y sentires es lo que dio origen a la que hoy es
nuestra escuela.
Silvia
Scotti, una de las protagonistas de esta historia era una ama de
casa, madre de familia. Podría definirla (después de tantos años
de conocerla y compartir con ella) como inquieta, idealista, a veces
utópica, preocupada u ocupada, tenas, luchadora y muchos mas que
seguramente aun no tuvo oportunidad de descubrir.
Silvia
tiene tres hijas, dos de ella mellizas y cursaban su séptimo grado
de la escuela primaria.
Como
toda madre con hijos a punto de terminar la primaria comienza a
preocuparse a que escuela secundaria enviara a sus hijos y es aquí
donde nace su lucha por crear una escuela secundaria publica en
Tanti.
Hasta
ese momento la única opción secundaria era el instituto San José
privado religioso.
Silvia
se encuentra en el centro de Tanti con otra mujer luchadora y muy
querida por la comunidad por su entrega incondicional a la educación:
Nilda Ceballos. Nilda se desempeñaba como directora de la escuela
primaria publica presidente Domingo Faustino Sarmiento, en aquella
época.
Ambas
conversan sobre la posibilidad de iniciar los trámites para crear
una escuela pública secundaria.
Comienza
así los interminables viajes a Córdoba, las conversaciones con un
político importante residente en Tanti: Don Luis Medina Allende,
cariñosamente llamado Don Luis por estos pagos.
Sin
lugar a dudas Don Luis tuvo mucho que ver en la cristalización del
decreto de creación del IPEM.
Siempre
me pregunte porque Silvia era querida y odiada al mismo tiempo,
seguramente por esto de seguir inquieta, imparable a la hora de
luchar por lo que uno cree y quiere, (me identifico), y muchas veces
quienes hacen cargan con el peso de la critica destructiva de quienes
no hacen, no producen, no mejoran, perdón, no es que no hacen,
interfieren en el hacer y para mal.
Obviamente,
estas interferencias no fueron lo suficientemente determinantes para
que ella no siguiera adelante contra viento y marea.
Con
el apoyo de Nilda que cedió dos aulas de la escuela Sarmiento en
horario vespertino Silvia salió a la caza y a la pesca de docentes
que quisieran dar clases a un grupo de alumnos.
Muchos
se preguntaran de donde salieron esos alumnos, pues bien, entre las
dos comenzaron a buscar familias con hijos que estuviesen en séptimo
grado y que desearan otro futuro para sus hijos diferente al que
estaba impuesto.
Como
verán ya no era Silvia y Nilda sino treinta y nuevas familias de
Tanti que también apostaron a otro modelo educativo.
Claro
esta, que el intendente por esos días el Sr. Fernandez no estaba a
fuera de retomo la caza de docentes.
Cuando
uno tiene un objetivo, como este caso que estoy escribiendo, también
tiene una mirada al futuro. Silvia quería una escuela técnica, que
los alumnos egresasen con alguna capacitación puesto que era sabido
que la mayoría no seguiría los estudios universitarios (hoy, a
veinte años esta pasando lo mismo).
Pero
técnico en que, rescato su visión, porque hace veinte años hablar
de informática era como hablar de viaje a las estrellas.
Un
día, al principio del mes de marzo de 1989 conozco a Silvia que
había llegado a mi casa a proponerme dar clases a cuarenta alumnos y
formar parte del sueño de una futura escuela.
Y
así, llegamos a ser cuatro docentes que íbamos en una línea de
transporte COTAP a dar clases en la escuela Sarmiento.
Pienso
en aquella época y siento la misma emoción que hoy cuando me paro
frente a un curso nuevo.
A
pesar de este incipiente comienzo, las gestiones antes las
autoridades provinciales siguieron con todos los actores antes
mencionados: El intendente Fernandez, el político Don Luis, Silvia y
Nilad.
Pero
la cosa termina aquí, porque si bien era casi un hecho que habría
escuela secundaria pública en Tanti, se necesitaba un ordenamiento,
una estructura. Como estructura del nivel secundario es diferente,
entonces, Silvia pide ayuda para la organización al actual IPEM 60
de la ciudad de Cosquin, quien colaboro con asesoramiento y hasta el
personal.
El
intendente hizo gestiones para que esta nueva escuela funcionara
provisoramente en el piso de arriba de la cooperativa de Servicios
Públicos de Tanti sita en la calle Belgrano 81. Comenzó el armado
de dos aulas separadas por tabiques de madera, bancos que nos presto
la escuela Sarmiento y una oficina que hacia las veces de Dirección,
secretaria, sala de profesores y preceptorìa.
El
IPEM 60 recomienda a un docente de su casa para que haga las veces de
director y colabore con la organización inicial: Prof. Felicísimo
Labrador, profesor de Biología de esa casa de estudios.
El
5 de mayo de 1989 se crea oficialmente la escuela. El acto de
creación fue en la plaza del pueblo donde estaban los alumnos, el
director, Silvia y un perro.
En
el decreto de creación (Decreto Nº 1171/89) se denomina a esta
nueva escuela como Bachillerato Técnico especializado en Informática
y en Construcciones Civiles.
Allí
comenzó la escuela formalmente.
Ahora
era el momento de armar horarios, cubrir las horas e impartir clases
con los programas que nos proveyó el IPEM 60.
También
se fija como parte de la organización el uniforme que los alumnos
llevaran y que los identificaran: Las niñas guardapolvo blanco,
camisa blanca y corbata azul. Los varones por su parte pantalón jean
azul, camisa blanca y corbata azul. El abrigo para ambos casos
camperas o saco azul.
El
30 de junio de 1989 se realiza la primera convocatoria a aspirantes a
cubrir vacantes 293/89 con la presencia de los profesores: Pascual
Suarez (plástica) y Laura Gómez (lengua) ambos de la ciudad de
Cosquin.
Los
primeros docentes inscriptos fueron:
Polvorines
Laura, Gómez Laura, Rasello Vilma, Barrionuevo Héctor, Luperi
Alicia, Casadio Cecilia, Jayo Edgar, Aspitia Rafael A, Aspitia
Rafael, Bertona Diana, Mazzer Nidia, Garcia Antonia, Scotti Silvia,
Simes Marta, Vienni Viviana y Suarez Pascual.
Es
muy interesante el anecdotario puesto que en acta figura que se
cierra la inscripción a las 18 hs y a las 18:10 hs el Sr. Gustavo
Villa se apersona para cumplimentar la inscripción, al cual llevo a
cabo.
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